jueves, 6 de enero de 2011

Había una vez un paranoya tan, pero tan mala que le pegaba a las paranoyas más pequeñas.

Había un campo tan verde, tan verde verde, que las vacas menores de dieciocho años no podían entrar.

Habia un hombre tan esperanzador que le de un  infarto y dice que es una corazonada.

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